Estamos todos conectados a través del amor y tenemos miedo a la muerte, no porque perdamos algo muy importante para nosotros por ejemplo: un hijo, una esposa, un hermano, un amigo, no es motivo para dejar de ser feliz y odiar la vida, aunque el dolor es inevitable, tienes que escuchar a las personas que te quieren, que te aprecian y que desean ayudarte.
A veces está bien explicar a las personas que te quieren los sentimientos: ¿Qué es lo que sientes? ¿Qué quieres recuperar?
El tiempo es un tesoro, no hay otro, tienes que vivir el momento, disfrutarlo, no desperdiciarlo, aceptar el amor y volver a sentirte bien.
Si buscas la felicidad la encontrarás.En conclusión: el protagonista estaba más conectado que nadie, porque vio en persona el mundo que nadie ve.
Cristina Terrón, 1º B ESO
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