miércoles, 17 de abril de 2013

Por Navidad


 
Era una tarde en Londres, cuando todo el mundo estaba realizando sus compras de navidad con su familia. Un hombre llamado Christian Wades estaba dándose paseos por Oxford Street, con las aceras cubiertas de nieve. Él era muy avaricioso y no tenia familia con quien celebrar la Navidad. Además, era dueño de un gran banco,  por lo que tenia mucho dinero. Nuestro amigo, que creía que la riqueza daba todas las alegrías, decidió resguardarse del frio, por lo que se metió en su banco, en el que se encontraba su empleado, el señor William Halford. El señor Wades no trataba bien al señor Halford, pero él no tenia otro remedio que continuar trabajando, por lo que tenía que aguantar los insultos de su jefe. Al día siguiente de Nochebuena, el señor  Wades salió a dar un paseo, pero iba asustando a toda la gente por su forma de andar y por su carácter. Entonces todo el mundo se apartaba cuando él pasaba, aunque a él le daba igual. Justo en ese momento él gritó en la calle:

_ ¡Pero que os pasa a todos!

_ ¡¿Por qué os apartáis de un viejo asqueroso como yo!?

Todos se quedaron paralizados ante sus desagradables palabras, y rápidamente se metieron en sus casas pensando que les iba a atacar. Se volvió a quedar solo en la calle sin nadie, de la que habían desaparecido hasta las ratas. Él pensó que no había hecho nada malo, entonces volvió a su banco y se encontró al señor Halford recogiendo todas sus cosas. En ese momento le preguntó el señor Wades:

_ ¿Por qué estas guardando tus cosas?

Entonces el señor Halford respondió:

_ Me auto despido señor porque usted siempre me esta tratando mal y yo valgo más de lo que usted piensa. Además, yo tengo una familia, y el que usted no la tenga no es culpa mía. Toda su ira la esta malgastando en mí siempre, aparte de que cobro un salario miserable, por no decir otras cosas.

Entonces el señor Wades respondió:

_ ¡Pues vete si te da la gana, no te necesito!

Entonces el señor Halford se marchó, despidiéndose con un portazo.

Pasaron los años y el señor Wades adoptó a un niño africano, junto al que descubrió toda la felicidad del mundo. En las siguientes navidades lo celebraron todo a lo grande, con el señor Halford y su familia. Este  volvió a trabajar en el banco en el que ya había estado durante mucho tiempo.
 
Pedro Rodríguez

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario